Por el año 1999 hubo una expedición de la National Geographic Society, encabezado por Johan Reinhard acompañado de su colega Contanza Ceruti, junto a arqueólogos peruanos y salteños, luego de 3 meses de investigación cerca de la cima del volcán Llullaillaco fueron hallados lo que actualmente es considerado, el hallazgo mas importante del siglo XX “Las Momias del Llullaaillaco”. Siendo Lisardo Maggipinto el único fotógrafo y documentalista autorizado con acceso a la colección de dichas momias y piezas que fueron parte del sacrificio Inca.
Los restos hallados están conformados por tres niños, perfectamente conservados, fueron encontrados cerca de la cima del volcán Llullaillaco, en Salta, Argentina.
El caso de estos tres niños, al igual que otros casos similares encontrados en otros lugares de los Andes, fueron ofrendados como parte de un ritual conocido como “Capacocha” hace aproximadamente unos 500 años. El ritual comienza cuando el inca escoge tres niños para ser sacrificados y llevados desde el Cusco ubicado en Perú y terminaba en la cima de una montaña, en este caso del Llullaillaco de 6739 metros de altura, con el objetivo de ser entregados a los dioses.
La directora del Museo Arqueología de Alta Montaña MAAM, Gabriela Recagno señalo en una entrevista al diario “La Nación” que:
“Los incas pensaban que los niños no morían, sino que era un tránsito para encontrarse con los ancestros y convertirse en dioses protectores de las comunidades asociadas a esas montañas”
También menciona que “El Llullaillaco es el sitio arqueológico más alto del mundo y los niños estaban en una plataforma ceremonial. Cada niño se encontraba en una pequeña tumba individual a 1,80 metros de profundidad. Estaban enterrados y rodeados de una serie de objetos que constituían su ajuar”.
Se le puso el nombre de “La Doncella” a la mayor que tenía aproximadamente 15 años, se encontraba sentada con las piernas cruzadas y los brazos apoyados sobre el vientre, con un vestido marrón y un conjunto de adornos colgantes de hueso y metal, peinada con trenzas y tocado de plumas.
El segundo era un niño de aproximadamente 7 años, fue hallado sentado de rodillas sobre una túnica gris, una vincha sobre la frente y un adorno de plumas, con la mirada puesta en dirección al sol naciente.
La otra momia es una niña llamada “La niña del rayo” con 6 años aproximadamente, la llamaron así porque en algún momento un rayo impacto sobre la superficie y quemo parte de su rostro y de su hombro, estaba sentada con las piernas flexionadas y las manos semiabiertas, con un vestido marrón y una manta de lana.
Los tres niños están en un grado de conservación excepcional debido a las bajas temperaturas en la zona en la que se encontraban. Actualmente el MAAN (Museo de Arqueología de Alta Montaña) lugar donde se encuentran los niños, se mantiene un ambiente de criopreservación, a 20 grados bajo 0.
Gracias a la conservación que mantienen se ha podido realizar análisis, que permiten a los expertos recrear lo que sucedió en la montaña. También un registro de su dieta, incluido el consumo de sustancias como hoja de coca o la chicha, una bebida fermentada a base de maíz.
Según el arqueólogo forense Andrew Wilson, mantiene lo siguiente “La doncella fue una de las Acllas, las elegidas, seleccionadas en la pubertad para vivir alejadas de su grupo familiar y ser educadas por sacerdotisas”, esta práctica también fue señalada por cronistas españoles, según los relatos que les contaron los incas.
Más información en las siguientes fuentes: tarapacainsitu.cl, hazperu.com